He leído este libro durante las vacaciones, en la pequeña biblioteca del hotel donde estábamos alojados.
Se trata de un pequeño relato, de espías; como no podía ser de otra forma en un libro de le Carré.
Cuenta la historia de Jean-Louis Jeanmaire (enlace a la Wikipedia en inglés), un militar suizo al que se condenó por espionaje en 1977. Se trató de un proceso bastante mediático en Suiza, pero el texto de le Carré lo enfoca desde otra perspectiva (nótense los signos de interrogación en el título).
La traición de Jeanmaire fue el paso de información secreta a Vassili Denissenko; por aquel entonces agregado militar soviético en Berna. Pero en contradicción con esta traición están el aparente patriotismo Jeanmaire, un militar de cierto rango -coronel-, y el hecho de que en ningún momento se produjo un lucro por su parte.
Tampoco ayuda a sostener la acusación el hecho de que Jeanmaire no tuviera acceso a secretos relevantes:
Lo que él daba a los rusos era paja, entre otras cosas porque paja era lo único que tenía.
...
Lo que el podría haber revelado, de haber poseído verdadera información, es una pesadilla que, a Dios gracias, no debe atormentarnos.
En realidad le Carré apunta a que Jeanmaire fue un chivo expiatorio del gobierno para responder y zanjar las acusaciones que, por entonces, los Estados Unidos vertían sobre Suiza culpando al país de pasarle información al este de forma sistemática.
Las miserias de la vida de Jeanmaire parecen detrás de su comportamiento censurable, pero en el libro sostiene que su objetivo siempre era disuasorio, mostrando la fortaleza del ejército y los planes suizos frente a una eventual invasión soviética. Como dice el libro:
El tribunal describió sus verdaderos motivos como: ambición, deseo de exaltación personal y resentimiento.
El libro establece un paralelismo con el caso Dreyfus -otro militar acusado de traición-, del que recientemente había leído algo tras comprar La jauría de Émile Zola; además descubrí la ilustración L’âge du papier donde se refleja el célebre artículo de Zola J'accuse..! en defensa de Alfred Dreyfus.
Como curiosidad, un poco de vocabulario que he aprendido:
La edición que leí era no venal; no destinada a su venta. El libro lo reflejaba así en los datos editoriales.
Un vocablo que conocía pero había olvidado: pogrom o pogromo que es una matanza [...] realizada por una multitud enfurecida contra una colectividad.
Y otro que desconocía: rijoso, particularmente específico en su segunda acepción inquieto y alborotado ante la presencia de una hembra.
En resumen: un librito corto inconcluyente pero que ilustra, aparte del propio caso de espionaje, el pensamiento de la sociedad suiza del siglo XX.